jueves, 10 de diciembre de 2015

ALMAS GEMELAS

      Hola a tod@s, hoy alguien quiere contaros su experiencia con el reencuentro con el Alma Gemela, por si a alguien le sirve la experiencia de ayuda. Ya que a mi, que me digan yo he conseguido esto así de esta manera y tú también puedes (aunque cada uno luego tenga su camino conseguirlo), siempre me sido de gran ayuda, además de servirme para impulsarme con más fuerza y lograrlo. Así que espero, que esta historia que nos cuentan, nos sea a todos de gran ayuda. Esperamos que os guste. Un saludo.
    
     La verdad es que durante muchos años me pregunté por las almas gemelas, aunque olvidara la pregunta durante meses o años, siempre volvía a resurgir en mi mente. Hace unos años, estaba en una etapa de la vida en la que estaba desencantad@ con todo el género opuesto, ya que yo quería relación y encontrar pareja, pero no daba con los hombres adecuados, ni tenía suerte (estaba siendo un poco incoherente, puesto que, al Universo en lugar de decirle que quería una relación de pareja, le estaba diciendo, que lo que “No quería rollos de una noche” y como bien sabéis, el “NO”, el Universo, no lo entiende, así que me mandaba rollos de una noche).

     Y bueno, ya estaba un poco hasta las narices del género opuesto, aún así, dicen que la esperanza es lo último que se pierde, además había algo dentro de mi que estaba ahí pulsando por salir. Y aunque en aquella época, estaba en lo que yo denomino mi fase atea, me pedí como regalo de cumpleaños un colgante conocido como “cofre de los deseos”.  Y el primer deseo que se me ocurrió poner, fue el de encontrar a mi pareja ideal (alma gemela, príncipe de los cuentos, etc.). Aunque como estaba en mi fase atea, se me hacía imposible que eso pudiera suceder, así que a través de mi primer deseo reté sin saberlo al Universo, le pedí hasta el año de nacimiento que tendría que tener mi pareja ideal (año al que de siempre le he tenido mucho cariño, aunque nunca supe por qué), vamos que se lo puse difícil, total, no creía que fuera posible encontrar al Alma Gemela. Y mi razonamiento para no creer que eso fuera posible (ya que yo tengo un lado muy científico), es que, para saber que has conocido a tu alma gemela, tendrías que haber conocido a todos hombres habidos y por haber, cosa que es imposible, por lo tanto encontrar el Alma Gemela también.

     Así que nada, me puse mi colgante, y dejé pasar el tiempo, sin prestar atención al colgante que llevaba. Pasó el tiempo, y fui conociendo más chicos, uno de ellos me dijo “que era su chica ideal”, cosa que me hizo preguntarme durante 6 meses que como me pudo decir eso, si no me conocía, ya que nos acabábamos de conocer y que era imposible (según mi opinión por entonces), que el supiera eso. Así que durante unos seis meses me estuve preguntando “como era posible saber que has conocido a hombre/mujer ideal”, y como el Universo es sabio y siempre responde a nuestras preguntas, pues me acabó respondiendo.

     Antes de darme cuenta que había conocido a mi “Alma Gemela”, lo cierto es, que la vi en unas cuantas ocasiones antes de que nos presentáramos. Y una cosa que me llamó siempre la atención, es el brillo en sus ojos. Un día lo vi sentado tomando algo en una terraza, junto a varios amigos y había varios ojos que miraban hacia donde estábamos, pero solo dos tenían un brillo diferente, pero en aquella ocasión, no le vi mayor misterio.  Unos quince días después, surgió que lo vi parado en la puerta  de un bar (sin saber que era la misma persona) y me quedé ensimismada de nuevo, por el brillo de sus ojos, además, mi mente racional se desconectó y me quedé ahí mirando, embobada sin ser consciente de lo que ocurría a mi alrededor; siendo solo capaz de pensar en: que ojos más chulos, que chico más guapo, lo podré conocer yo algún día, etc. Un minuto o dos,  me pilló parada mirándole fijamente, y ahí reaccioné y me fui. Al rato, nos presentaron en un bar, y yo lo que recuerdo sentir, es como un imán hacia él desde mi ser esencial, pero se quedó todo en algo anecdótico.

     Un par de meses más tarde, lo volví a ver en una terraza tomando algo, y otra vez, me quedé embobada mirándole a los ojos, el brillo de ojos, y a hacerme las mismas preguntas que la vez anterior. E igual, no le dí mayor importancia, pensé, que sería otra mera "casualidad".

     Y en un total de unos 6 meses, dio la casualidad, que me lo volví a encontrar, esta vez fue en una discoteca, y al ir a pedir, me puse al lado de él, ya que era el único hueco libre, sin ser consciente de ello. Él fue el primero en hablarme, y al igual que todas las veces anteriores, me sentí completamente fascinada por el brillo de sus ojos y sus ojos en general.  Sentía obsesión por sus ojos, y bueno, siempre había oído que los “ojos eran el espejo del alma, y que a través  de ellos las almas se reconocen”. Ese día, en el que le conocí y hablé con él, puedo decir, que además de por la obsesión por sus ojos, de los cuales no podía romper el contacto visual, sentía a nivel de todo mi ser, que él era mi hombre ideal, tenía la absoluta certeza de que era él (además, a modo curiosidad, unos meses antes, había tenido un sueño simbólico, en el que sentía exactamente lo mismo y del cual deseé no despertar, que le señalaban a él). También, además de sentir, que era él (entre otros detalles), tenía la sensación de conocerlo de toda la vida, de estar con él en pareja por así decirlo desde siempre, aunque nos acabábamos de conocer (aunque el alma y el inconsciente sí que saben todo).

     Así que a la pregunta ¿cómo es posible saber que has conocido a tu alma gemela? Yo os digo, desde mi experiencia, que lo sabréis, tanto por qué veréis su brillo de ojos (y él/ella lo verá en vosotros), como porque todo vuestro ser o vuestra alma vibrarán y te harán sentir la certeza de que es él/ella.

     Desde mi experiencia, un consejo, a la hora de buscar a vuestra Alma Gemela, analizar y pensar bien sobre lo que estáis pidiendo, tratar de ser coherentes y no pidáis desde el “no quiero” esto u lo otro, porque ya sabéis que el Uni eso no lo entiende. Además, prestar atención a las emociones que estéis sintiendo, ya que si estáis llamando a vuestra Alma Gemela desde el sentimiento de “no la tengo”, lo que estaréis pidiendo es que no venga (ser felices y vivir el momento).  Así que os animo a tod@s los que queráis a llamar a vuestras Almas Gemelas, a hacerlo y os deseo de todo corazón que las encontráis (cosa que si confiáis en ello y sois coherentes lograréis, estoy completamente segura) y podáis estar con ell@s y compartir y vivir una vida mágica juntos.

     Para finalizar os dejo un fragmento de un libro de Paulo Coelho (al que os animo que leáis), que a mí me fue muy útil, años después de mi experiencia, para confirmar lo que ya intuía por mis sensaciones y corazonadas. Espero que os guste.

 Yshabel
 
 
Paulo Coelho (Brida):
     -   ¿Qué es la Otra Parte?

-    Brida estaba sorprendida con la mujer. […]

-       […] Solo entendiendo a la Otra Parte es como se entiende que el  conocimiento puede ser transmitido a través del tiempo. […].

-       Somos eternos, porque somos manifestaciones de Dios –dijo Wicca-. Por eso pasamos por muchas muertes, saliendo de un punto que nadie sabe y dirigiéndonos a otro que tampoco conocemos. […].

-       El hecho es que esto sucede –continuó Wicca-. Y cuando las personas piensan en la reencarnación, siempre se enfrentan a una pregunta muy difícil: Si en el comienzo existían tan poco seres humanos sobre la faz de la Tierra, y hoy existen tantos, ¿de dónde vienen esas almas?. […].

-       La respuesta se simple –dijo Wicca […], en ciertas reencarnaciones, nos dividimos. Así como los cristales y las estrellas, así como las células y las plantas, también nuestras almas se dividen. Nuestra alma se transforma en dos, estas nuevas almas se transforman en otras dos, y así en algunas generaciones, estamos esparcidos por buena parte de la Tierra.

-       ¿Y solo una parte de estas partes tiene la conciencia de quién es? […]. En verdad, si el Anima Mundi se limitara a dividirse, estaría creciendo pero también quedándose cada vez más débil. Por eso, así como nos dividimos, también nos reencontramos. Y este reencuentro se llama Amor. Porque cuando un alma se divide, siempre se divide en una parte masculina y una femenina. […]. En cada vida, tenemos una misteriosa obligación de reencontrar, por lo menos, una de esas Otras Partes. El Amor Mayor, que las separó, se pone contento con el Amor que las vuelve a unir.

-       ¿Y cómo puedo saber que es mi Otra Parte? […]. Era posible conocer a la Otra Parte por el brillo en los ojos: Así desde el inicio de los tiempos, las personas reconocían a su verdadero amor. La Tradición de la Luna tenía otro procedimiento: un tipo de visión que mostraba un punto luminoso situado encima del hombro izquierdo de la Otra Parte. […].

-       Corriendo riesgos –le dijo a Brida-. Corriendo el riesgo del fracaso, de las decepciones, de las desilusiones, pero nunca dejando de buscar el Amor. Quien no desista de la búsqueda, vencerá. […].

-       ¿Podemos encontrar más de una parte en cada vida?

-       Si –pensó Wicca con cierta amargura-. Y cuando esto sucede, el corazón queda dividido y el resultado es dolor y sufrimiento. Si, podemos encontrar, tres o cuatro Otras Partes, porque somos muchos y estamos muy dispersos. […].

-       La esencia de la Creación es una sola –dijo-. Y esta esencia se llama Amor. El Amor es la fuerza que nos reúne otra vez, para condensar la experiencia esparcida en muchas vidas, en muchos lugares del mundo. Somos responsables por la Tierra entera, porque no sabemos donde están las Otras Partes que fuimos desde el comienz de los tiempos; si ellas estuvieran bien, también seremos felices. Si estuvieran mal, sufrimos, aunque inconscientemente, una parcela de ese dolor. Pero sobre todo, somos responsables de reunirnos nuevamente, por lo menos una vez en cada encarnación, la otra parte que con seguridad se cruzará en nuestro camino. […]. También podemos dejar que nuestra Otra Parte siga adelante, sin aceptarla o siquiera percibirla. Entonces necesitaremos más de una encarnación para encontrarnos con ella. Y, por causa de nuestro egoísmo, seremos condenados al peor suplicio que inventamos nosotros mismos: la soledad. […]Al mismo tiempo, la idea de la Otra Parte no se le iba de la cabeza ni por un minuto. Al principio creyó que estaba volviendo a su adolescencia, a los sueños del príncipe encantado que cruzaba montañas y valles para buscar a la dueña de un zapatito de cristal o besar a una mujer adormecida. “Los cuentos de hada siempre hablan de la Otra Parte”. […].

Toda la vida del hombre sobre la faz de la Tierra se resume en esto: buscar a su Otra parte. No importa si finge correr detrás de la sabiduría, del dinero o del poder. Cualquier cosa que él consiga va a estar incompleta si, al mismo tiempo, no consiguió encontrar a su Otra Parte.  […].

El suelo necesita la simiente, y la simiente necesita al suelo. Uno sólo tiene sentido con el otro. Lo mismo pasa con los seres humanos. Cuando el conocimiento masculino se une con la transformación femenina, está crea la gran unión mágica, que se llama Sabiduría. Sabiduría es conocer y transformar […].

 -       No existe personas que no consigan encontrar a su Otra Parte, Brida –dijo el Mago […]. Todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, nos cruzamos con ella y la reconocemos –continúo-. […]. Tampoco existe riesgo en el Amor, y tú aprenderás esto por ti misma. Hace millares de años que las personas se buscan y se encuentran. Pero de repente se dio cuenta que podía estar equivocado. Había siempre un riesgo. Que una misma persona se cruzase con más de una Otra Parte en una misma encarnación. Esto también sucedía desde hacía milenios. […].

Esto era el amor, y de esta manera las personas buscaban a su Otra Parte desde el comienzo de los tiempos, mirando en los ojos, procurando descubrir el brillo y el deseo […].

Si existiesen varias personas en un teatro y Lorens fuese una de ellas, y jamás hubiese hablado con él antes, en el momento en que sus ojos se cruzasen con los de él, tendría plena seguridad de hallare ante el hombre de su vida…
 

 

 

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